La crisis hídrica y el cuidado del medio ambiente preocupa a nivel mundial. Chile, en su caso, vive la peor sequía en 60 años y una publicación aseguró que científicos indicaron que ello podría convertirse en algo permanente.
Según el medio Vanguard,
al año 2030 varias ciudades del país experimentarán aumentos de
temperaturas y un déficit de agua potable “por tiempo indefinido”.
Lo anterior afectará a la comunidad y, claramente, también a la agricultura. Por ende, precios de diversos productos y servicios podrían aumentar significativa y sostenidamente, como consecuencia de las dificultades de producción que generará la falta del vital elemento.