Con 30 años de retraso, Chile ha incorporado un nuevo derecho constitucional, la protección de datos personales.
En medio de la cuarta revolución industrial y el pleno desarrollo de la economía digital (basada en el almacenamiento, tratamiento y categorización de millones de datos), resulta indispensable que las sociedades asuman la existencia de un nuevo tipo de personalidad, la personalidad virtual.