Un equipo liderado por Belén Camarada está mejorando el aditivo que usan los cohetes. En base a nanotecnología, quieren que las naves cubran más distancia y a mayor impulso, sin necesidad de más combustible.
Parece algo simple e irrelevante, pero
mejorar una pequeña fracción del combustible que usan los cohetes de
propulsión que viajan al espacio, podría hacer la diferencia de varias
semanas en un viaje que se adentrará en más de 57 millones de kilómetros
hacia otro planeta.
Eso es en lo que trabaja un grupo
de chilenos del Centro de Nanotecnología Aplicada de la Universidad
Mayor, quienes, financiados por el Ejército de Estados Unidos, trabajan
en el aditivo del combustible que deberían usar las nuevas naves y
cohetes que surcan el espacio.